lunes, 18 de octubre de 2010

Uno de azules

Resulta que una señora fue llamada por la policía para que identificara el cuerpo de su esposo quien había muerto en un enfrentamiento a balazos entre una banda de malandros y la policía municipal…

El policía lleva la señora a la morgue del municipio donde se encontraba el cuerpo y le pregunta…
- ¿Es su esposo?

Al mirar que el hombre solo en calzoncillos y tiene la cara destrozada, la señora no puede identificarlo. El policía le dice a la señora:
- Puede que tenga alguna seña o marca con la que usted pueda identificarlo .

La señora le dice al policía:
- Bueno, si, pero tiene que bajarle el calzón.

El policía, conteniendo una picara risita, le baja el calzón y una vez más le pregunta…
- ¿Es su esposo?

Y la señora le dice…
- Bueno, tal vez, …. ahora, bájele el cuerito…

El policía se molesta y le grita:
- ¡Eso no es parte de mi trabajo!

La señora insistía que, sin bajarle el cuerito, no había forma de identificarlo, hasta que lo convenció.

Cuando el policía le bajó el cuerito, la señora soltó un llanto incontrolable:
- ¡Siiii, …si es mi esposo!, si es mi esposo! . buaaaaa!!! (Llanto inconsolable)

El policía intrigado al no ver ninguna marca le preguntó:
- ¿Cómo puede estar tan segura?… – ya que el no veía ninguna marca.

La señora le dice:
- Haber, bájele el cuerito otra vez…

Una vez más, el policía le baja el cuerito y una vez más, la señora suelta el llanto incontrolable.

Aún más intrigado, el policía insiste en saber cómo es que la señora lo podía identificar ya que no tenía ninguna marca, y la señora le contesta:
- Le digo que sí es mi esposo, porque él siempre decía que la policía se la pelaba ….

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