martes, 5 de agosto de 2014

La vida sin Mnemic (Por: Luis Lemus)

Voy a empezar a hablar de muchas cosas aparentemente sin relación porque siento que necesito hacerlo. Sean pacientes.

Hace poco más de un mes leí que la banda danesa de metal de fusión futurista (o algo), Mnemic se declaraba sumergida en un limbo creativo. Puede ser esto parecido a un estado comatoso o posiblemente su separación como banda. Ni ellos lo saben aún.
Recordé mi ya larga relación con Mnemic, la satisfacción que me han dejado sus discos y la profunda admiración que siento por su música y por el geniecillo de la banda, Mircea Gabriel Eftemie. Recordé lo mucho que me impactó su sonido; lo mal que me caía su primer vocalista; mi emoción como de colegiala cuando anunciaron que su reemplazo sería Guillaume Bideau, ex-vocalista de Scarve; y recordé que uno de los discos que más disfruté en el super mamón sistema de audio Yamaha 5.1 de la casa de Madre, fue precisamente Passenger, su tercer disco. (El disco empezaba con el sonido de la turbina de un avión y cuando entraba la música tapaban al avión! NO MAMEEES!!!)

Mnemic no es para nada la banda más técnica, ni la más compleja, pero con el tiempo descubrí que tocaban tan cabrón que yo no entendía nada. Hasta la fecha uno de mis planes es llegar a una escuela de música con mi disco de Mnemic y decir: “Quiero aprender música lo suficiente para entender cabalmente esta madre”.
Pero más allá de lo musical, tal vez lo que más me impacta de este tipo de noticias es darme cuenta como se desarrollan los acontecimientos. Seguramente cuando Mnemic estaba grabando su último disco, Mnemesis, no se imaginaban que estaban componiendo las últimas canciones de una banda muy exitosa, que publicó discos en una disquera mayor, que hizo tour en cinco continentes y que incluso fue invitada por Metallica para abrir sus shows. Simplemente los acontecimientos se desarrollaron fuera de su control hasta que un día no había más que hacer. La vida les negó la oportunidad de cierre. Nada más se acabó.

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El otro día estaba viendo la repetición de la pelea del 2012 entre Tito Ortiz y Forrest Griffin en la UFC. Era la pelea con la que se retiraría del deporte Tito Ortiz, quien había tenido una carrera larga y fructífera. Él ya sabía que era su última pelea. Por otra parte, Griffin sabía que independientemente del resultado, aún tenía varios años de carrera por delante. Total, se dieron una putiza y ya. Fin. Lo que en ese momento ninguno de los dos cabrones sabía, es que los planes que tenían le importan un carajo a la vida. Y que Tito Ortiz volvería a pelear, pese a haber anunciado su retiro, y que, por su parte, Forrest Griffin no volvería a pelear a consecuencia de una serie de lesiones que lo llevarían a retirarse. De nuevo, se le negó la oportunidad de cierre.

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Al final este post no es sobre Mnemic. La vida sin Mnemic es más o menos lo mismo. Me gustaría pensar que toda esta confusa reflexión nos deja una enseñanza: Que lo que sea que hagamos, lo hagamos lo mejor posible, porque no sabemos si es la última vez que lo vamos a hacer. Pero no; la verdad es que la mayoría de las veces la vida es una mierda y luego te mueres.



Twitter: @luislemus11

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